viernes, 27 de febrero de 2009

Maneras de votar

Las encuestas dicen que cualquier cosa puede pasar en Galicia y Euskadi. Es decir, que Ibarretxe puede seguir gobernando y Touriño también. Pero puede que no, que Patxi López sea Lehendakari y Núñez Feijóo presida la Xunta. La democracia, cuando se deja acompañar de una dosis de inquietud y recelo resulta apasionante. No hay cosa más sacrificada que el voto previsible. Y no es que uno piense que los españoles hemos modernizado el voto y la forma de ejercer un derecho así, pero convendrán en que no hay circunstancia más angustiosa que saber de antemano lo que de las urnas va a salir.
Gallegos y vascos envían mensajes de libertad lejos del voto acomplejado. Esos que hoy no saben lo que van a votar son los que van a decidir el cambio. Cuando llegue ese momento, cuando empecemos a creernos que el voto cautivo es impropio de personas inteligentes, cuando estemos seguros de que la papeleta no es de los partidos, cuando nos creamos que somos actores de primer nivel y que nos traicionamos aferrados siempre a la misma opción, entonces estaremos haciendo un servicio a la democracia, tan desvaída y superflua en estos tiempos.
Los profesionales de la política se obstinan en separarnos en izquierdas y derechas, como si unos y otros no zarandearan con provecho a aquellos que les votan y apoyan. Es tanta la gente que vota sin saberlo, o sabiéndolo, en contra de sus intereses que se lo debería mirar, como se dice ahora. La UPyD de Rosa Díez es opción digna y decente es estos tiempos. Es también necesaria. Y urge desmentir a aquellos que hacen cábalas sobre si quita más votos a Rajoy que a Zapatero. Pero, ¿de quién son los votos? La misma pregunta resulta ofensiva. Rosa Díez merece estar en el parlamento vasco porque su presencia allí enviará un mensaje claro, y rotundo a toda España sobre lo que puede hacer. Si consigue escaño, si ese escaño es determinante para configurar una mayoría que acabe con el régimen del PNV, Rosa Díez deberá pensar que su partido se ha hecho mayor en sólo un año. Semejante forma de crecer tiene sus riesgos, pero su mera observancia ya resulta apasionante. Que Rosa Díez haya llegado hasta aquí tiene mérito. Y sobre todo, resulta gratificante comprobar como se abre camino una idea que, hasta hace un año, descansaba en el sueño de la razón. Espero contárselo el próximo lunes.

Félix Madero en el diario ABC.

miércoles, 25 de febrero de 2009

La esquizofrenia lingüística del PSdeG

Tras las mágicas declaraciones de Pepiño de hace un par de semanas, el PSdeG sigue haciéndose la pichiña un lío en materia de lengua. Dice Touriño que no gobernará a cualquier precio ni pasará por el aro de imposiciones lingüísticas ni dogmáticas, "porque las lenguas ni se prohíben ni se imponen, se aman, se aprecian y se valoran, porque son instrumentos de unidad". Yo no sé a qué espera este hombre, y el partido al que lidera, para firmar el Manifiesto por la Lengua Común, ya que comparten la misma idea central. Lo curioso es que no tiene ninguna propuesta concreta en materia lingüística, aunque puede ser que yo no la haya encontrado, puesto que su programa electoral sólo está redactado en gallego (y en su derecho están). Qué quieren que les diga, a mí me trae a la cabeza aquellas declaraciones de Zapatero cuando decía que "firmaría un manifiesto que defendiera el castellano y el resto de las lenguas". Otro que no sé cómo no ha firmado todavía el mencionado documento.

¿No les recuerda a algo? Quizá a cierto partido que anda más ocupado últimamente en temas judiciales que en explicar a los ciudadanos vascos y gallegos lo que proponen, si es que proponen algo. La siempre de moda táctica de jugar a ser nacionalistas, pero poco, cuando conviene, y a distanciarse de sus socios de gobierno (nacionalistas, claro) cuando es necesario. Todo sea por confundir al electorado y sacar votos de donde sea. Yo ya no pido que esta gente diga algo con sentido, porque no puede, pero por lo menos que digan lo mismo a todas horas y en todas partes. Coherencia, aunque sea para decir estupideces.

España y, por extensión, Galicia, sufre un mal endémico: el apoltronamiento de los políticos. Deben ser muy cómodas esas sillas de diseño de dos mil euros la unidad que compró Touriño, porque nadie las quiere abandonar. No digamos ya un escaño. Y quizá gran parte de la culpa la tengamos los ciudadanos, siempre resignándonos a lo malo conocido. Es posible que la única solución al apoltronamiento de los que nos desmandan sea la valentía de los ciudadanos. Que, de una vez, nos atrevamos a escoger la opción que puede traer un verdadero aire nuevo a nuestra política. A votar a gusto. Y ya saben a dónde quiero llegar.

PD: últimamente he estado poco prolífico. Entre que he estado de exámenes (bien, gracias), y que mi ordenador está gravemente enfermo, ni más ni menos que en coma, no creo que pueda publicar con regularidad. El Oscar a Sean Penn y su hipócrita discurso sobre el matrimonio homosexual han hecho el resto, porque no sé escribir invadido por la ira.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Pepiño, rebelde sin causa

Me entero gracias Territorio Magenta del siguiente supertitular de La Voz de Galicia: Pepe Blanco dice hablar castellano por rebelión a las imposiciones. Hay que leerla porque hay que leerla, que no tiene desperdicio. ¡Pero si en Galicia nadie imponía nada! ¡Si no había conflicto lingüístico, que se lo habían inventado todo el PP y UPyD! Pero no, Pepiño, que dice ser gallegohablante por parte de madre (que ahora el idioma, además de una señal de identidad y un valor cultural, va a ser una herencia genética), dice que elige la lengua del Estado opresor para rebelarse contra las imposiciones, tanto del gallego como del castellano (?). Lo que son las cosas, que de la noche a la mañana hemos pasado del "aquí no se impone nada" al "aquí se impone todo", y eso lo corrobora la siguiente sentencia de don Pepiño: que hablar las dos lenguas es "deber y obligación" de todos los gallegos. ¿Qué diría Touriño? ¿"Siguiente pregunta", como cuando se le pregunta por qué se gastó 4 millones de euros de dinero público en decoración? ¿Qué diría Espartaco Quintana?

En fin, son los problemas que tiene la mentira en partidos tan grandes, que es difícil coordinarse para que todos mientan igual. De todas formas, es reconfortante ver que alguien en el PSOE, y encima un gallego, reconoce que en Galicia hay un problema de libertad. Un problema de libertad originado porque la lengua ha sido utilizada como arma de manipulación por parte de unos y de otros, y que sólo se podrá solucionar cuando haya total libertad de elección.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Que sí, que yo también hablo de los espías

En fin, que si el tema está en El País, en El Mundo y hasta en la prensa internacional, este blog no podía ser menos. Modesto que es uno. Y es que el caso del espionaje en la Comunidad de Madrid pinta feo, feo. Tan feo como un octogenario leproso comiendo limones. Y no quiero ponerme yo a dictar sentencia cuando no tengo las pruebas en la mano, que no soy un Enric Sopena cualquiera, pero creo que el asunto merece unas cuantas consideraciones.

La primera, sobre los implicados. En especial la Presidenta de la Comunidad, que como la cosa prospere se puede quedar en presidenta de su comunidad de vecinos y poco más. Y es que la mujer no está gestionando el asunto de la manera más apropiada. Por ejemplo, nombrando presidente de la comisión de investigación a un cargo de confianza. ¡Oiga, señora, que tiene a la prensa analizando cada paso que da! No digo ya que nombre un presidente de la oposición (que dice El País que es la tradición), pero qué menos que pactarlo. Porque no se puede prometer transparencia para demostrar la propia inocencia y aprovecharte de tu situación de ventaja para que las cosas se hagan a tu favor.

Mucho tiene también de vergonzoso la actuación de la cúpula del PP, con su secretaria general suspendiendo la investigación interna. Yo no sé si todo ésto era un paripé desde el principio, o si es que han encontrado algo que no les ha gustado y han decidido que es mejor ignorar al elefante en el salón. No me extrañaría lo segundo cuando Cospedal comenzó su carrera política en Madrid con Esperanza Aguirre, pero tampoco me extrañaría lo primero teniendo en cuenta el devenir del "nuevo" PP de Rajoy, más preocupado por los gestos de cara a la galería que por la seriedad (¿De quién lo habrán aprendido? Yo y mis preguntas retóricas...).

Y otro hecho que me parece destacable es que han sido espiados, entre otros, un hombre de Aguirre, uno de Gallardón, y otro de Rajoy: uno por cada casa. Quizá haya que irse un poco más lejos (no necesariamente fuera del PP) para encontrar a los responsables.

Pero no podemos olvidar a la oposición, personificada en este caso en la figura del nuevo secretario general del PSM, Tomás Gómez. A mí al principio me parecía un líder diferente, con más clase y con cosas que decir, pero qué quieren que les diga, es un marrullero más. Atención a la perla: "Una presidenta sospechosa no puede seguir presidiendo la Comunidad de Madrid". Es decir, que Espe es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Muy justo y democrático, y sin duda acorde con el principio de presunción de inocencia que, recordemos, es para todos los ciudadanos, políticos incluídos. Me pregunto qué pensará del caso de Pepiño Blanco y "Villa PSOE". Pero en fin, poco se puede esperar de alguien que dice cosas como "El Gobierno de Aguirre no es el de una derecha civilizada, es facha". Que eso lo diga un columnista de Público o un progre universitario lo entiendo, pero alguien que pretende ser v visto por los ciudadanos como un líder serio debería guardar unas formas. O quizá no, porque al fin y al cabo ésto es España, y Spain is different.

¿Mi pronóstico personal? Bueno, diga lo que diga al final la Justicia, la imagen de Aguirre está muerta, así que no la veremos de presidenta del PP. Probablemente, si vuelve a presentarse a las autonómicas en Madrid, volverá a ganar, porque los españoles somos muy de votar lo malo conocido, pero no creo que vuelva a conseguir mayoría absoluta. Y a mí eso me parece muy bien, que basta ya de la dictadura de las mayorías absolutas.