martes, 17 de marzo de 2009

Que nada, que no se aclaran

Si hace unas semanas, tanto Touriño como Pepiño Blanco parecían sumarse a las tesis lingüísticas de UPyD, el PSOE parece haber vuelto a dar un giro en su política votando en contra de la proposición de ley del partido de Rosa Díez que pretendía erradicar y prevenir la discriminación por motivos de lengua. Una proposición que sólo ha contado con el apoyo del PP, y que, entre otras pérfidas intenciones, buscaba volver a la etapa franquista permitiendo que las empresas utilizaran la lengua que les pareciese más util en sus relaciones comerciales y con la administración, que todo padre pudiera elegir la lengua en la que se escolarizara a sus hijos, que los comerciantes escogieran la lengua en la que rotular en sus comercios, o que hubiese un número de funcionarios bilingües en las administraciones públicas suficiente para atender a la población sin que el conocimiento de la lengua cooficial fuera un requisito excluyente. Lo que el partido de Zapatero debe entender como una prohibición de las lenguas cooficiales, dado que son fieles partidarios de la LOGSE y así es comprensible que no sepan entender lo que leen, si es que se lo leen.

Ha dicho José Antonio Pérez Tapias (¿por qué cuando un político tiene un primer apellido común, así como "Pérez" o "Rodriguez", siempre hay que decir el segundo apellido?) que los problemas que denuncia UPyD no existen (¡!), y que, si existieran, se solucionarían "con voluntad de convivencia y sentido común". Muy bien, y entonces, ¿qué problema hay con aprobar una ley para que esa situación tan maravillosa se mantenga? "Hablamos de lenguas: una común a todos y lenguas propias en las Comunidades donde las hay, pero con la salvedad de que las lenguas propias también son comunes en sus territorios" ha sido otra de sus perlas. Vaya, acaba de desmontar toda la argumentación de un buen amigo mío, nacionalista vasco él, que dice que en su comunidad el Euskera no lo sabe hablar casi nadie y que por eso hay que apoyarlo. Porque, si las lenguas cooficiales también son comunes en sus territorios como dice el diputado, eso significa que todo el mundo las conoce, con lo cual las políticas lingüísticas de los nacionalistas son innecesarias. Y, cómo no, no podía dejar pasar una referencia al franquismo para rematar su intervención: "No queremos mantener teorías y prácticas deudoras de aquella concepción del español como lengua del imperio". Muy cierto, no lo pretendemos. En UPyD no queremos lenguas del imperio ni lenguas de la nación, sino lenguas de los ciudadanos.

Los nacionalistas nos sorprenden menos. CIU ha citado la doctrina del Tribunal Constitucional (que a ver si les parece tan fiable cuando recorte el Estatut, como parece que hará), y ha dicho que se ha alcanzado una "concordia democrática y convivencia de las lenguas", como si esa gente que se manifiesta en las calles contra la normalización lingüística lo hiciese por gusto. También ha dicho su portavoz: "Supongo que quien propone entiende que no existen derechos colectivos, pero entenderá como mínimo que la sociedad española se cohesione a través de la lengua castellana. Pues bien, los mismos argumentos sirven en las comunidades con lengua cooficial". Sólo que las sociedades de las comunidades con lengua cooficial ya están cohesionadas en ese sentido al conocer el castellano, y por tanto lo que se pretende al obligar a sus ciudadanos a conocer la lengua cooficial es cohesionar una nación, lo que equivale a estipular por ley qué es ser un buen catalán, gallego o vasco.

El PNV, que no sabe ni por dónde le pega el aire, dice que "todo lo que rodea a nuestros hijos es castellano, ni en el patio de la escuela está marginado". Claro que no, nadie dice que esté marginado en la calle. Donde está marginado es a nivel institucional. Espero que con esta aclaración los señores nacionalistas vascos entiendan mejor la propuesta de UPyD y rectifiquen su voto.

Para rematar: aquí nadie propone limitar el uso de ninguna lengua. Bueno, sí, los nacionalistas. Lo que propone UPyD es dar libertad al ciudadano para escoger la lengua que usa habitualmente, no ya en la calle, sino en sus relaciones con la administración y en el ámbito empresarial, y sin que el conocimiento de las lenguas cooficiales sea motivo de discriminación para acceder a un puesto de funcionario. Todo muy liberal y del siglo XXI, así que no esperen un segundo más, señores del PSOE, y modernícense. Touriño y Pepiño ya lo hicieron.

viernes, 6 de marzo de 2009

Después del 1-m

Por fin tengo un rato para comentar los resultados electorales (yo es que de madrugada me dedico a estas cosas). Empezaré por Galicia, que es donde están las cosas más claras. Feijoó será Presidente gracias a la mala campaña electoral de Touriño -Eso de "que viene la derecha", así como si fuera el coco, ya está muy visto- y a la pésima gestión de eso que llaman "el bipartito". ¿Qué nos encontraremos ahora en Galicia? Bueno, aunque Feijoó ya ha prometido que derogará los decretos de desarrollo de la ley de normalización lingüística, y ha prometido que se comprará un coche "nacido" en Galicia -el populismo, siempre tan de moda-, quién sabe si hay que fiarse demasiado del partido que diseñó y aprobó esa misma ley de normalización. Dios no quiera que esa renovación que ha hecho Feijoó en su partido sea un más de lo mismo. ¿Y UPyD? Bueno, sin escaño, pero la cuarta fuerza política en número de votos. Un resultado dentro de lo que cabía esperar, que da alas para seguir trabajando, pero sin caer en el acomodamiento en que puede desembocar un éxito fulgurante. Espero que así sea.

En el País Vasco, a mi parecer, todos han perdido. Ha perdido el PNV, que se ve incapaz de conseguir apoyos suficientes para lograr mayoría parlamentaria por primera vez en casi tres décadas. Ha perdido el PP, que se ha descalabrado electoralmente, como EA y EB, que por poco se quedan fuera del parlamento. Y ha perdido el PSE. Sí, han leído bien. ¿Qué futuro a largo plazo tiene la fórmula de don Francisco Javier (AKA Patxi), si quiere ser lehendakari? Si pacta con el PNV, decepcionará a todos sus votantes constitucionalistas. Si pacta con el PP, decepcionará a su electorado vasquista. Y si gobierna en solitario, tendrá que ir como un péndulo recabando apoyos de unos y otros para sacar adelante sus proyectos, con lo que decepcionará a todos. El PSE ha llegado a su tope, y a partir de ahora sólo puede ir cuesta abajo. Una desgracia para todos los que deseamos un País Vasco constitucionalizado y normal, que no normalizado.

¿Quiénes han ganado, entonces? Dos partiditos pequeños. De un lado, Aralar, un partido con el que no comulgo, pero al que tengo un gran respeto por saber participar en el juego democrático, condenando la violencia sin dejar de reivindicar el independentismo. Un ejemplo de con quién se debe dialogar, y con quién no. Me alegro por tanto de sus 4 escaños y de sumar más apoyos a la lucha contra ETA. Del otro lado, un claro ganador es UPyD, que en su primer intento electoral ha llevado a Gorka Maneiro al parlamento. Ya nadie podrá decir que UPyD es "un partido madrileño". Como mínimo, madrileño y vasco. Y habrá quien se pregunte para qué servirá un sólo escaño, ahora que parece que Francisco Javier no quiere cama con Gorka. Él se lo pierde, porque en UPyD, además de inteligentes y elegantes, somos todos guapísimos (yo sin ir más lejos tengo los pómulos que desearía Mario Vaquerizo...). Bueno, a lo que iba. Un escaño servirá para mucho: para demostrarle a la ciudadanía que hay otra manera de hacer política, para dar voz a miles de ciudadanos que buscan un verdadero cambio en las instituciones, para favorecer políticas de igualdad y progreso, para ayudar en la lucha por la libertad, para usar la palabra y no las bombas...

La marea magenta sigue subiendo.