lunes, 15 de diciembre de 2008

La amante traicionada

En el amor como en la política, incumplir una promesa importante siempre implica el riesgo de una ruptura. Y algo así es lo que ha ocurrido en la relación entre el PSOE y el PSC, una vez que el Gobierno ha roto su promesa de reformar el modelo de financiación autonómica de manera que responda mejor a los intereses de Cataluña, lo que ha provocado un ultimátum por parte de los socios catalanes del Partido Socialista. Si no se pactara esa reforma antes del 31 de diciembre (fecha hasta la que se prorrogó la negociación), "las relaciones entre el PSC y el PSOE no volverían a ser como antes". Y parecían hechos el uno para el otro...

El asunto trae a colación, una vez más y para quien quiera profundizar un poco en el por qué de las cosas, el tema de la desnacionalización de la política española, y del peligro que supone la división de los partidos nacionales en filiales autonómicas. Le pasó al PP con UPN, y algo similar le puede ocurrir al PSOE con el PSC: cuando los intereses nacionales contradicen los intereses de una región (o, más bien, los de un partido regional), las tensiones aparecen y la separación es un riesgo que hay que asumir. Cierto es que el PSC no amenaza directamente con la separación de ambos partidos, pero en el documento emitido por su Comisión Ejecutiva se remarca que "somos plenamente conscientes de la trascendencia de nuestra decisión", lo que implica que ese cambio en sus relaciones no sería baladí. O quizá sea otra estrategia de chantaje más, ahora que el PSC le está cogiendo gusto a utilizar los recursos habituales de los nacionalistas.

Todo ésto no deja de poner de relieve el peligro que enunciaba al inicio del anterior párrafo. Un partido de ámbito nacional debe tener una estructura territorial que permita la cohesión interna, y no limitarse a ser un conjunto de filiales que defiendan los intereses de cada Comunidad Autónoma sin atender a los del conjunto de España. A menos que el partido quiera asumir el riesgo de convertirse en una confederación nacionalista/regionalista a cambio de un puñado de votos.

En el mismo documento, además, se recoge la decisión unánime de la Comisión ejecutiva del partido de levantar el veto del Senado a los Presupuestos Generales del Estado, "con el objetivo de no perjudicar los intereses de los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña y España". De Cataluña. Y de España. No me digan que no suena nacionalista total. Por mí, que se divorcien y se dejen de tonterías, a ver si de una vez el Gobierno empieza a defender los intereses de España en general y no los de las parcelas que le son favorables.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los casos de UPN y el PSC no son para nada comparables; como no son comparables Navarra y Cataluña. El PSC sin el PSOE no arrasaría en el area metropolitana de BCN (y tendría mayoría en muchos aytos. de Cataluña) y el PSOE sin ser PSC perdería muchos escaños en las generales... en Cataluña un partido tiene que destacarse por defender los derechos del país, si quiere ganar las elecciones, sin perder el sentido de estado, y yo creo que al PSC eso le sale muy bien en Cataluña, caso distinto es el del País Valenciano...

En cuanto a Navarra... será divertido ver la evolución dl PP en esa comunidad y sus batallitas con UPN. A ver si aprovechan NaBai, IUN y el PSN para acercarse... que no creo, dado el autoritarismo interno demostrado por el PSOE.

Dios que chapa, xD

bsos ;p

Nidiestronisiniestro dijo...

Pues según una encuesta, de momento UPN perdería 5 escaños en Navarra que se irían al PP, pero todavía queda mucho para las autonómicas y ni siquiera se conocen los lideres del PP navarro.