jueves, 6 de noviembre de 2008

Obamarama

Pues sí, al final ganó Obama. La verdad es que se veía venir desde hace bastante tiempo, vista la antipatía que despertaba el partido republicano (al menos en Europa), y la desastrosa campaña que ha llevado a cabo su rival. Sea como sea, Barack Obama es quien tendrá el honor de sustituír al "peor presidente de la historia de Ámerica", que dicen por ahí (qué poca memoria histórica). Mientras tanto, todo el mundo espera que el nuevo presidente del mundo haga una política de reparto de florecillas y progresías de universitario, y que al mismo tiempo consiga frenar el imponente avance de China e India como nuevas potencias mundiales. Dios quiera que lo haga bien, porque no quiero vivir en un mundo en el que la primera potencia mundial se pasa la Declaración de Derechos Humanos por el arco de triunfo. Pero fíjense que a mí no me da ninguna confianza.

Para empezar, y reconociéndole que es un hombre atractivo, elegante, y que habla muy bien y de cosas muy bonitas, ¿qué tiene pensado hacer con el mundo? Recordemos que el plan de rescate de Bush, que tanto rechazo ha suscitado (me aventuro a decir que por el hecho de ser eso mismo, de Bush), fue apoyado por el mismo Obama, que fue requerido junto con John McCain para buscar una solución a la crisis financiera. Recordemos que, pese a su postura hiperpublicitadamente contraria a la Guerra de Irak y a su anuncio de que retirará las tropas, nunca ha rechazado de una manera rotunda la posibilidad de invadir Pakistán. Y recordemos que es un hombre que tan sólo cuenta con cuatro años de experiencia política, los que ha ejercido de senador. Lo cual no se parece en nada a dirigir el mundo occidental, se lo aseguro.

Ojalá me sorprenda, y el cambio sea, no sólo real, sino también productivo. Porque estamos acostumbrados a que la palabra "cambio", cuando va sola, esté impregnada de connotaciones positivas, pero los cambios también pueden ser a peor. Sigo pensando que el discurso de Obama es profundamente populista y endeble, pero confío en que Joe Biden y todo su futuro equipo de gobierno sepan aconsejarle bien. Si no, el mundo libre puede estar diciendo adiós a su supremacía. Pero bueno, la alternativa tampoco era mucho mejor. Viva Hillary.

PD: En la retransmisión que Cuatro hizo de las elecciones, uno de los mensajes de texto que aparecían en la parte inferior de la pantalla decía que Obama representa el cambio que ya inició Zapatero en España. Ahora entiendo a Tocqueville.

2 comentarios:

Hugo Mulholland dijo...

La verdad que a mi también me da la sensación de ser un vendedor de humo, aunque es dificil no contagiarse por el entusiasmo colectivo. Esperemos que no se quede en las cuatro muecas progres de Zapatero, por el bien de todos.

Anónimo dijo...

Tal y como habla parece que es el nuevo héroe, casi un muñeco de acción. Pero no sé por qué, a mi tp me da mucha confianza. Y nadie sabe por qué, yo prefería a Hillary.
Tengo mis motivos (por absurdos que parezcan)